31 marzo 2006

Porque quiero tu cuerpo

PORQUE QUIERO TU CUERPO...

Porque quiero tu cuerpo ciegamente.
Porque deseo tu belleza plena.
Porque busco ese horror,
esa cadena mortal,
que arrastra inconsolablemente.
Inconsolablemente.

Diente a diente,
voy bebiendo tu amor,
tu noche llena.
Diente a diente, Señor,
y vena a vena vas sorbiendo mi muerte.
Lentamente.

Porque quiero tu cuerpo
y lo persigo a través de la sangre y de la nada.
Porque busco tu noche toda entera.
Porque quiero morir,
vivir contigo esta horrible tristeza enamorada
que abrazaría, oh Dios, cuando yo muera.


Blas de Otero, España 1916 - 1979



si ser de ti
necesita de viento, aire y agua
seré playa golpeada por olas..
huracanes que remansan mi etereo cuerpo.
si ser de ti
es convertirse en grito ahogado
sere eco de este corazón que anhela..
ondas que musicales se embaten en tus oidos sordos..
si ser de ti...
es volverse cielo, nube e inmensidad
sere estrella que brilla lejana
mirandote en la negra noche

si ser de ti
es volverse pensamiento fugaz
me haré estela de auroras..
llamadas a mediodia susurrando
llamados a medianoche amándote..

si ser de ti
amándote como te amo
sin importa que me ames...
sentirte en esta destreza que recorre mi cuerpo,
siendo aroma matizada de ambiente
siendo sal y tierra..
oscuridad y luz

si ser de ti
significa renunciarme..
haré pacto de renuncia
donde me des un total de amor compacto..
porque aunque te ame como te amo
renunciarme jamás..
primero muerta que renunciar a mi..


autor: rocio avitia garcia
chihuahua, chihuahua, mexico
octubre 30 de 2003






Llénate de mí.


Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.

Pero siento tu hora,
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
No, no quiero ser esto.
Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
Así crucificaron mi dolor una tarde.

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
Debe participar de lo que toca,
debe ser de metales, de raíces, de alas.
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.
V No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.

No puede ser, no puede ser.
Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué‚ palabra?
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada.
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.
Ser‚ la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
inundando las tierras como un río terrible,
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,
destrozando,
quemando,
arrasando
como una lava loca lo que existe,
correr fuera de mi mismo, perdidamente,
libre de mí, Curiosamente libre.
¡Irme, Dios mío, irme!


autor: Pablo Neruda

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