Puente de amor para unir a los hombres,
para decirles que es una locura
dejarse separar por un río.
Yo quiero ser puente, Señor.
Para decirles a los hombres
como es bello servir,
decirles a los de la izquierda
las bellezas de la derecha,
y llevar a los de la derecha a los
de la izquierda.
Yo quiero ser puente, Señor.
Un puente muy grande de amistad
que pase sobre todos los ríos,
y establezca en el mundo una fraternidad.
LOS PUENTES.......
Los puentes son como ciertas personas:
Su importancia se valora cuando ya no están, o cuando están rotos y no se los puede usar...
Existe una cantidad impresionante de puentes: Cortos y largos, anchos y estrechos, seguros e inseguros, caros y económicos...
Todos tienen sin embargo, algo en común:
Sirven para unir dos orillas...
Atravesándolos, uno siente que, de algún modo, lleva un mensaje al otro lado...
También las personas estamos llamadas a ser puentes, para facilitar el encuentro, para superar aflicciones, para estimular el perdón...
Hacer de puente a veces cuesta, pero cuando da resultado, la gratificación es grande...
Quiero ser para ti como un puente sobre el río...
Del lado de acá está tu hoy...
Del lado de allá tu mañana...
Entre los dos lados, el río de la vida, a veces sereno, a veces turbulento, a veces traicionero y a veces profundo y revuelto...
ES NECESARIO ATRAVESARLO...
No soy Dios ni pretendo a jugar a serlo... Sólo Él puede llevarte con seguridad al otro lado... Pero yo quiero ser el puente que haga más fácil la travesía...
Si crees que no es bueno pasar sólo, usa mis hombros... Si me balanceara, no tengas temor....
Dios me ha colocado en tu camino para ayudarte a cruzar el río...
No dudes en utilizarme, y cuando llegues, déjame, si quieres...
Pero quiero que continúes tu marcha...
Soy tu puente para muchas travesías de la vida, pero aún tengo otro nombre...
Autor: Desconocido
Una casita de campo
Sola meciéndote en una hamaca
al ritmo de los trinos de tantos pajaritos,
librando pensamientos entre suspiros
y suspiros, pensamientos sin encajes
inhalando aire fresco
de vacíos sentimientos
de un amor ya pasajero.
De algo que fue,
y ahora sólo te queda el coraje…
de aquel hermoso carruaje
en donde una vez pensaste
haber conquistado al mundo
eso yo te lo aseguro.
Mientras el humo de un fogón
en una hilera ya va tocando los cielos…
de ese paraíso bello
al cual tu perteneces.
Sé lo que es la vida campestre
es algo que uno lleva en el vientre…
y del sol, las manchas en la cara
de aquellos que trabajan sus talas.
También he visto tu mirada
triste… la de una madre acongojada.
Que por engaños maltratada…
a quien hoy le cuesta mucho
dejar cicatrizar aquellas heridas
de una juventud inerte y sin lujos.
Los que hoy se han convertido
en nuestros hijos.
He visto como el miedo y las mentiras
una y otra vez te han llenado de ira.
Dura incertidumbre
cuando lo es por costumbre
sí, cuando la verdad choca con la realidad
en las consecuencias de la vida.
Se fuerte, espera un ratito más, amor mío
no conviertas tu amor en un mendigo.
No llores porque algún día yo estaré contigo.
Déjame entrar en tu alma
como el rocío despierta el alba
no, no pierdas tu calma
porque ahora seré mejor y más que un amigo…
Me dijiste que convertirías
un “Te quiero mucho”
en un “Te Amo”
soy yo quien lucho
por mantener esa llama encendida
¿no son así las cosas de la vida?
Mí Ruquita adorada,
quiero que seas mi única amada…
Déjame derramar mi vida en estos versos
déjame guiar tus pasos por esta vereda.
Déjame llevarte de la mano
por nuevas y preciosas sendas.
Para que no tropieces por el camino.
Olvídate de ese mundo mohíno
porque ya yo he tropezado por los dos
una y tantas veces.
Déjame ser tus ojos
olvida tus enojos
vivamos nuestras vidas…
en una casita de campo
con la ropa afuera tendida,
¿No es eso lo que has anhelado?
Ahora soy yo quien te dice…
Te amo.
El Poeta Ras©aso
Playa de Fajardo Puerto Rico Abril 19, 2006
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