06 abril 2006

en el teclado

Estás sentada frente al monitor
Ávidos tus ojos se pasean por las líneas
Que escribes...
Y me pregunto ¿Qué será?
Alguna desastrosa noticia, un poema, o quizás
Ya tienes el tema de tu libro...

Debo admitir que respeto ese tiempo
En que te veo concentrada... más
No puedo negar que cuando más
Concentrada estás, más se me antoja...

Hacer un lado ese mueble con el monitor
Jalar esa silla con ruedas
Y robarte la respiración en un beso
Decirte sin palabras que te Amo
Decirte con mi tacto que ¡te deseo!
Gritarte sin voz... que me tomes...


Y que juntos cabalguemos esos
Caminos nuevos y a la vez tan conocidos
Te pido que me desgastes mis sentidos
Que te concentres en el ritmo de nuestros
Latidos...

Y si podemos pelar con molinos de viento
Que sea nuestra brisa la que emane
Y nos enamore más y más
Deja ese teclado ya... y ven


desconozco el autor




Palabras renacidas

Las palabras son cápsulas variables,
nunca la misma dosis o eficacia;
fluctuarán de timidez a audacia,
entre actitudes ciertas e improbables.

Las que ayer fueron francas y entrañables
resuenan hoy con eco de falacia;
y aquellas que expresaban diplomacia,
pueden hoy parecer inaceptables.

Pudo decir 'te quiero' mi reclamo,
y en alguna ocasión tal vez 'te amo',
pero al verte ambas suenan tan triviales.

Esas mismas palabras que hoy te grito
o te susurro en ansias de infinito,
para ti han renacido virginales.


autor: Francisco Álvarez Hidalgo

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