Era mas blanda que el agua,
que el agua blanda,
era mas fresca que el rio,
naranjo en floor...
Y en esa calle de estio,
calle perdida,
dejo un pedazo de vida
y se marcho...
Primero hay que saber sufrir,
despues amar, despues partir
y al fin andar sin pensamiento...
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon en el viento...
Despues, que importa el despues?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pajaro sin luz.
Que le habran hecho mis manos?
Que le habran hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
cancion de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor...
than the soft water,
she was fresher than the river,
orange tree in bloom...
In that summer street,
lost street,
she left a piece of life
and she left...
First one has to know suffering,
then how to love, then how to depart,
at the end to walk without a thought
Perfume of orange tree in bloom,
useless promises of love
that escaped in the wind...
Afterwards, does it count?
All my life is a yesterday
that detains me in my past,
eternal, ancient youth
that has left me intimidated
like a bird without light.
What did my hands do to her?
What must they have done
to leave in my chest
so much pain?
Pain of an old grove,
song in a street corner
with a piece of life,
orange tree in bloom...
autores Virgilio y Homero Exposito
Cuesta abajo
Tango 1934
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que hoy comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.
Era, para mí, la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía
toda la humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que, si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste, en la pendiente,
solitario y ya vencido
yo me quiero confesar:
si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.
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