Con truenos y relámpagos cayendo sobre la tierra
El agua corría por mi cabello negro azabache
La ropa se pegaba a mi cuerpo.
¡Apareció ella y me tomo por los brazos!
Me estrujo contra su pecho, sentí su calor
El huracán mecia nuestros cuerpos.
Sus manos bajaban apresuradamente mis medias de seda
Que abrazadas a mis muslos poco a poco perdian fuerza.
Bajo la lluvia que azotaba muy fuerte nuestras figuras
Llovio toda la noche sobre lo húmedo de nuestros cuerpos
Mis labios entreabiertos buscaban su lengua ardiente
Rayos y relámpagos se confundian con nuestros movimientos.
Mis piernas temblorosas se enredaban en las suyas
La yema de tus dedos entrando y saliendo de mi vientre
poco a poco se apretaban fuertemente a mi cintura
Bebiendo de mis senos el agua que corria sin rumbo
Me empujo con sus rodillas hasta llevarme al clímax glorioso,
Ohh! noche mágica de locura bajo una tormenta de deseo
¡Respirabas despacio, aspirándome completo,
¡Hasta dejarme vacio!
Desconozco la autora
Ansiedad
No sabe como cuento las horas en que volverás
Me siento tan solo de pensar en ti
De ver que jamás vendrá a mi destino
Invento mil historias en las que siempre estas tu a mi lado
Siempre eres el sueño que acaricia mis madrugadas
Solo tu mi niña bonita eres la diosa en mi ser
Solo a ti te adora mi corazón con delirio
Mi amiga, suya es la suerte de tener a este tonto a tus pies
No se que me pasa contigo que solo pienso en ti
Quisiera cruzar esta distancia que nos separa
Llegar a tu lado para darte mi ser que es solo tuyo
Llenarte de mis besos que solo reclaman tus labios
Como me desvelo suspirando por ti cada noche
Esperándote como la esperanza que eres tu en mi
Solo esperar verte a mi lado alguna vez.
autor: leandro sterk
RASTROS
El olor a chocolate de tu piel,
las lagunitas saladas de transpiración sobre mi cuerpo.
Las cortinas que ondulan (con complicidad)
bajo el viento rojo de esta ciudad desconocida.
Pronto amanecerá.
Y el dolor de los golpes del encuentro
será mi trofeo privado, mi lugar de devastación.
"Esto no es juego", nos dijimos,
mientras mordíamos la certeza del otro (en el otro)
sin ternura.
La urgencia era una isla desencantada
que resplandecía por pura muda perfección:
su apego a la verdad (ni amor, ni palabras ni secretos)
Una única noche de plata y filigrana y toda la vida
para tratar de entender.
Muerte por muerte, es un alivio esta soledad,
desmenuza la violencia y la interroga en sus fuentes.
Muerte por muerte, será mejor la de no volver a vernos.
La estatuilla de oro del museo quedará como símbolo
de esa curiosidad que casi confundimos con la desesperación.
Descosida como una muñeca de trapo sobre la cama
estoy en el centro de una ciudadela, cuyas ruinas
serán más nobles que su plenitud.
autor: Paulina Vinderman
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