06 abril 2006

Sobre las Alas

Aquí me encuentro
sobre las alas de un poema
como mariposa de viento en el viento
pasando lista a todas nuestras caricias
y a todos nuestro besos.

Saboreando tus huellas digitales en mi lecho
besando el oro de tu piel de arena y playa
robándome los secretos de tu cama.

Aquí me tienes
encontrando mi eternidad en un momento
aprendiendo tus caricias de memoria

Con tus besos provocando
caprichosos sueños
que me electrizan de gozo
si tu piel conversa con mi cuerpo.



Aquí me encuentro
hablando de placeres sin reposo
derritiéndote con besos la piyama
cuando tocas los resortes adecuados
haciendo a mi corazon galopar desbocado.

Aqui me tienes
nuestras bocas poco a poco
mordisqueando las distancias
dando rienda suelta al impulso de amarse

Aqui me encuentro
con tus besos
que deslizas transparentes
sembrando inquietudes en mi cuerpo.

Nuestras llamas se queman mutuamente
mientras dices insinuante...

¡Ven
devoremos juntos la manzana
del jardín de los deseos!!!!.


desconozco el autor




"Simplemente amor "

"La mariposa es inexorable", lo sabe el poeta y las mariposas, también el otoño con su tibieza sabia y el colorido de los robles.

Hay que encenderse, simplemente como las estrellas.

El amor no es apego, ni produce pesar.

En él no hay desesperación ni esperanza; no puede hacerse respetable, ni convertirse en parte del esquema social.

Cuando él no está presente comienza el afán en todas sus formas.

Dalila lanzó este reproche a Sansón: "Y luego dices que me amas... pero tu corazón no es mío".

Poseer y ser poseído suele considerarse como una forma de amor.

El instinto de posesión no proviene de las circunstancias,
sino de una fuente mucho más profunda: la soledad, el sentimiento de separación.

Intentamos llenar ese vacío de diferentes maneras :
con entretenimientos, peleas, bebida, religión organizada,
creencias, alguna forma excesiva de actividad, el control...

No hay fuga posible de la soledad.


Los apegos generan dolor, es un hecho; pero escapar de la realidad ocasiona más confusión y dolor.

"Quiero amarte sin absorberte, apreciarte sin juzgarte,
unirme a tí sin esclavizarte, invitarte sin exigirte,
dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin herirte
y ayudarte sin menospreciarte.

Si puedes hacer lo mismo por mí... nos habremos encontrado".

Sólo existe el color y no diferentes colores; sólo existe "EL AMOR" y no diferentes expresiones de su naturaleza.

Cuando el amor se fragmenta o categoriza, como divino y carnal : deja de ser.

"El amor perfecto no requiere nada para sí mismo, ni nada se atribuye", lo que hacemos sin amor, genera frustación y dolor" .

Alguien puede dar sin amar, pero no se puede amar sin dar.

La vida oculta las cosas poniéndolas delante de nuestros ojos.






A una gaviota



Tú que cruzas las revueltas

Ondas del mar,

Oye el eco que te manda entre el aura

Mi cantar.


Eco triste y melodioso que se pierde

En derredor,

Eco que del alma brota, cual un grito

De dolor.


Yo quisiera sobre el mundo levantar

Mi pensamiento,

Como allá en la mar te elevas

Desplegando tu plumaje

En el viento.



Yo quisiera, con mi alma,

A través de los espacios

Seguir tu vuelo,

Fijando las esperanzas

Que en ella moran

Sólo en el cielo.



Yo quisiera del humano no ver nunca

La maldad,

Y vivir, como tu vives,

Siempre libre y venturosa

En constante soledad.



Yo quisiera que mi cuerpo,

Desprendido de la vida,

Durmiese en calma,

Y á la mansión de la gloria,

Reina de paz y de amores,

Volase el alma...



Pero ¡ay! que mi pensamiento

Gime en cadenas,

Cuyos fuertes eslabones forman

Las penas.



Y siempre volando en torno

De la esperanza,

La dicha que él ambiciona

Jamás alcanza.



Y contemplo tristemente

Los desengaños,

Que brotan con la experiencia,

Con los dolores del alma,

O con los años.



Y va mi vida siguiendo

Triste carrera,

Y de romper con el cuerpo

Que la aprisiona insensato

Ya desespera.



Tú que escuchaste los cantos

que del alma se escaparon

Como un suspiro,

Llévalos entre tus alas

Y no dejes que se pierdan

Con tus giros.



Déjalos en las regiones

De otros mares

Más hermosos,

El aura tal vez los lleve

Donde vi pasar los días

Venturosos.



Allí morirán sin eco,

Que nunca tuvo respuesta

Mi canción...

¡Llévatelos y no olvides

Que entre sus notas va envuelto

El corazón!

Rosario de Acuña

Gijón, 1874.

Reproducido en El Cuerpo de los vientos.

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