sobre las alas de un poema
como mariposa de viento en el viento
pasando lista a todas nuestras caricias
y a todos nuestro besos.
Saboreando tus huellas digitales en mi lecho
besando el oro de tu piel de arena y playa
robándome los secretos de tu cama.
Aquí me tienes
encontrando mi eternidad en un momento
aprendiendo tus caricias de memoria
Con tus besos provocando
caprichosos sueños
que me electrizan de gozo
si tu piel conversa con mi cuerpo.
Aquí me encuentro
hablando de placeres sin reposo
derritiéndote con besos la piyama
cuando tocas los resortes adecuados
haciendo a mi corazon galopar desbocado.
Aqui me tienes
nuestras bocas poco a poco
mordisqueando las distancias
dando rienda suelta al impulso de amarse
Aqui me encuentro
con tus besos
que deslizas transparentes
sembrando inquietudes en mi cuerpo.
Nuestras llamas se queman mutuamente
mientras dices insinuante...
¡Ven
devoremos juntos la manzana
del jardín de los deseos!!!!.
desconozco el autor
"Simplemente amor "
"La mariposa es inexorable", lo sabe el poeta y las mariposas, también el otoño con su tibieza sabia y el colorido de los robles.
Hay que encenderse, simplemente como las estrellas.
El amor no es apego, ni produce pesar.
En él no hay desesperación ni esperanza; no puede hacerse respetable, ni convertirse en parte del esquema social.
Cuando él no está presente comienza el afán en todas sus formas.
Dalila lanzó este reproche a Sansón: "Y luego dices que me amas... pero tu corazón no es mío".
Poseer y ser poseído suele considerarse como una forma de amor.
El instinto de posesión no proviene de las circunstancias,
sino de una fuente mucho más profunda: la soledad, el sentimiento de separación.
Intentamos llenar ese vacío de diferentes maneras :
con entretenimientos, peleas, bebida, religión organizada,
creencias, alguna forma excesiva de actividad, el control...
No hay fuga posible de la soledad.
Los apegos generan dolor, es un hecho; pero escapar de la realidad ocasiona más confusión y dolor.
"Quiero amarte sin absorberte, apreciarte sin juzgarte,
unirme a tí sin esclavizarte, invitarte sin exigirte,
dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin herirte
y ayudarte sin menospreciarte.
Si puedes hacer lo mismo por mí... nos habremos encontrado".
Sólo existe el color y no diferentes colores; sólo existe "EL AMOR" y no diferentes expresiones de su naturaleza.
Cuando el amor se fragmenta o categoriza, como divino y carnal : deja de ser.
"El amor perfecto no requiere nada para sí mismo, ni nada se atribuye", lo que hacemos sin amor, genera frustación y dolor" .
Alguien puede dar sin amar, pero no se puede amar sin dar.
La vida oculta las cosas poniéndolas delante de nuestros ojos.
A una gaviota
Tú que cruzas las revueltas
Ondas del mar,
Oye el eco que te manda entre el aura
Mi cantar.
Eco triste y melodioso que se pierde
En derredor,
Eco que del alma brota, cual un grito
De dolor.
Yo quisiera sobre el mundo levantar
Mi pensamiento,
Como allá en la mar te elevas
Desplegando tu plumaje
En el viento.
Yo quisiera, con mi alma,
A través de los espacios
Seguir tu vuelo,
Fijando las esperanzas
Que en ella moran
Sólo en el cielo.
Yo quisiera del humano no ver nunca
La maldad,
Y vivir, como tu vives,
Siempre libre y venturosa
En constante soledad.
Yo quisiera que mi cuerpo,
Desprendido de la vida,
Durmiese en calma,
Y á la mansión de la gloria,
Reina de paz y de amores,
Volase el alma...
Pero ¡ay! que mi pensamiento
Gime en cadenas,
Cuyos fuertes eslabones forman
Las penas.
Y siempre volando en torno
De la esperanza,
La dicha que él ambiciona
Jamás alcanza.
Y contemplo tristemente
Los desengaños,
Que brotan con la experiencia,
Con los dolores del alma,
O con los años.
Y va mi vida siguiendo
Triste carrera,
Y de romper con el cuerpo
Que la aprisiona insensato
Ya desespera.
Tú que escuchaste los cantos
que del alma se escaparon
Como un suspiro,
Llévalos entre tus alas
Y no dejes que se pierdan
Con tus giros.
Déjalos en las regiones
De otros mares
Más hermosos,
El aura tal vez los lleve
Donde vi pasar los días
Venturosos.
Allí morirán sin eco,
Que nunca tuvo respuesta
Mi canción...
¡Llévatelos y no olvides
Que entre sus notas va envuelto
El corazón!
Rosario de Acuña
Gijón, 1874.
Reproducido en El Cuerpo de los vientos.
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