06 abril 2006

La Vida se Gasta

Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.

Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.

Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.

Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender mas temprano la luz.

Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sandwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.

Nos acostumbramos a esperar el día entero y oír en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".

A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.

A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.

Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de guita, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.

Nos acostumbramos a ahorrar vida.

Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.

Alguien dijo:
"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"

Disfrutemos...



La Vida Corre

Siento caer el suelo sobre mi cabeza
me va estrujando poco a poco…
mi cuerpo quieto,
la garganta grita y nadie escucha.

Sigo sin sentir
Mis brazos no se mueven
Siento frío.
¿Dónde estoy?
Mi cuerpo va cayendo,
se me van cerrando los ojos.

No sé que hacer,
Quiero salir corriendo,
-¿Estoy soñando?-
mi cuerpo vuela,
se aleja,

¿Qué viene ahí?
-¿la muerte?- ….

Los ojos miran sin mirar
Sentimos sin sentir
No vemos la verdad,
callamos.

Que es la vida,
Sino un juego,
Un mar de despechos,
De idas y venidas de sufrimientos,
Y a veces también de entendimiento,

Que es la vida sin tu aliento,
Saber que me alegras cada momento,
Que estas a mi lado cuando te anhelo,
Que en la vida tu eres mi único centro,
La luz que me ilumina cada sendero,
Que es la vida sino tú mi amor eterno,
Que es la vida sino morir viviendo.

Y siempre por encima de nosotros
volarán los suaves recuerdos
de nuestra reminiscencia
aunque ya no puedan disfrutar de nuestra presencia

Cálidos incoloros
con un movimiento tranquilo
como si estuvieran zurcidos
con el más sutil hilo

Que viajan por carreteras
y campos verdes rojo esperanza
para que nuestra recordación
tenga viveza
aunque nuestra vida haya estado rodeada de pobreza

Que son grandes, pequeñas medianas
que todos nuestros recuerdos
tienen un punto de luminosidad
porque también a pesar de la transparencia
tienen su tonalidad


P.D.

Y siempre viajarán ligero de equipaje
para que tengan un suave viaje








Si me voy antes que vos
si te dejo en estas tierras
no te asustes de la noche
que en la noche vivo yo.

Si me voy antes que vos
si es así que estás dispuesto
quiero que tus noticias
hablen del aire y del sol.

Quiero que siempre recuerdes
lo que dijimos un día
que cada vez que te rías
rio contigo mi amor...

y no te olvides de algo
que se adivina en la vida
y es que la vida misma
es un Milagro de Amor.

Si me voy antes que vos
y visito tu silencio
no es para que estés triste
ni para ver tu dolor.

Quiero decirte mi amor
en estas torpes palabras
que cada vez que llores
lo sabrá mi corazón.

Y nos encontraremos
pues siempre estuve a tu lado
hacia dónde y hasta cuándo
esas son cosas de Dios.

Y nos encontraremos
pues siempre estuve a tu lado
siempre aunque me vaya antes
es un Milagro de Amor.


autor: Jaime Ross






EL VALOR DE LAS COSAS

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

–¿Dónde están sus muebles?–preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó:
–¿Y dónde están los suyos?
–¿Los míos?–se sorprendió el turista–. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
–Yo también...–concluyó el sabio.

La vida en la tierra es solamente temporal.

Sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices. El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.


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