03 abril 2006

Soy ese...!

Soy ése que está lejos
y de lejos te llama,
el de la rima pobre
el de los versos tristes
de apagadas palabras.

Soy ese que dá al viento
en suspiros tu nombre
el que le quita un poco
de sol a la mañana
para alumbrar apenas
la pena enamorada.

Soy el que más te quiere
el que ansía tu sangre,
el que adora tu piel sedosa,
tibia y mansa
el de las ilusiones
de ausencias marchitadas.

Y soy el ignorado,
el de las casi lágrimas
soy el de la tristeza
pegada con la almohada
yo soy, soy el que tú no miras
soy el que nunca nombras,
pero quien más te ama.


autor: Daniel Toro
(Salta-Argentina)







UNA MUJER BELLA

Una mujer bella
no es la que tiene ojos azules o grandes,
sino aquella que tiene la mirada profunda y tierna
y puede sonreír con los ojos.

Una mujer bella
no es la que tiene la boca pequeña y los labios sensuales,
sino aquella que habla con un bello canto
y puede dar un beso cariñoso y sincero.

Una mujer bella
no es la que tiene las manos suaves y delgadas,
sino aquella que tiene el don de acariciar
cuando más se le necesita.

Una mujer bella
no es la que tiene las piernas torneadas y largas,
sino aquella que anda con elegancia
y al caminar deja su fragancia como aroma
de brisa de mar imposible de olvidar.

Gabriel García Márquez



Mañana

Ultimas luces que acunó el ocaso
bajo las olas se nos han dormido;
todo parece haber enmudecido,
menos el mar, que aún habla paso a paso.

La noche tiene aroma de fracaso,
tanto encanto en tinieblas sumergido;
pero habrá de quedar restablecido,
que el alba es un ayer que trae retraso.

El crepúsculo nunca es amenaza,
sino eslabón que día y noche enlaza;
engendra sombras, mas con perspectiva.

Si la penumbra sobre ti se cierne,
no dejes que te ciña o te gobierne,
que otra luz volverá radiante y viva.

Francisco Álvarez Hidalgo



Noche de Lluvia


Llueve...Espera, no duermas,
estáte atento a lo que dice el viento
y a lo que dice el agua que golpea
con sus dedos menudos en los vidrios.

¡Cómo estará de alegre el trigo ondeante!
¡Con qué avidez se esponjará la hierba!
¡Cuántos diamantes colgarán ahora
del ramaje profundo de los pinos!


Espera, no te duermas. Escuchemos
el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos
tu frente taciturna.
Yo sentiré el latir de tus dos sienes
palpitantes y tibias,
como si fueran dos martillos vivos
que golpearan mi carne.



Espera, no te duermas. Esta noche
somos los dos un mundo,
aislado por el viento y por la lluvia
entre la cuenca tibia de una alcoba.

Espera, no te duermas. Esta noche
somos acaso la raíz suprema
de donde debe germinar mañana
el tronco bello de una raza nueva


Juana de Ibarborou


Esperanza

Fabricaré esperanza de esta espera
que a desesperación me ha provocado;
la espera es el presente no logrado,
la esperanza, el futuro que quisiera.




El hoy traba los pies, enredadera
obstructora del paso apenas dado;
el mañana parece estar clavado,
y ayer fue sólo ráfaga ligera.

Deseos de arribar, alas de acero
que hacen del hombre libre prisionero,
siempre en camino, sin jamás llegar.


Pero el fulgor que lejos parpadea
estímulo será que le espolea
para intentar una vez más volar.

Francisco Álvarez Hidalgo

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